Bienvenido a nuestro sitio dedicado a explorar los diferentes versículos y enseñanzas de la Biblia sobre La mujer en el pozo. Este es uno de los muchos mensajes bíblicos que desempeñan un papel importante en nuestras vidas.
Aquí encontrarás una colección de versículos bíblicos y pasajes relacionados que abordan directamente el tema de La mujer en el pozo, así como una variedad de textos asociados que profundizan en las diversas complejidades y matices de este tema.
Esperamos que encuentres la información aquí valiosa e inspiradora. Ahora, adentrémonos en los versículos de la Biblia para aprender más.
“La mujer Samaritana le dice: ¿Cómo tú, siendo Judío, me pides á mí de beber, que soy mujer Samaritana? porque los Judíos no se tratan con los Samaritanos”
— Juan 4:9

“Sabemos que á los que á Dios aman, todas las cosas les ayudan á bien, es á saber, á los que conforme al propósito son llamados”
— Romanos 8:28

“Respondió Jesús díjole: Si conocieses el don de Dios, quién es el que te dice: Dame de beber: tú pedirías de él, él te daría agua viva”
— Juan 4:10
“Dícele la mujer: Sé que el Mesías ha de venir, el cual se dice el Cristo: cuando él viniere nos declarará todas las cosas”
— Juan 4:25

“LA revelación de Jesucristo, que Dios le dió, para manifestar á sus siervos las cosas que deben suceder presto; la declaró, enviándo la por su ángel á Juan su siervo”
— Apocalipsis 1:1
“Venid, ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho: ¿si quizás es éste el Cristo?”
— Juan 4:29

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”
— Juan 3:16
“Vinieron á Juan, dijéronle: Rabbí, el que estaba contigo de la otra parte del Jordán, del cual tú diste testimonio, he aquí bautiza, todos vienen á él”
— Juan 3:26
“Estaba allí la fuente de Jacob. Pues Jesús, cansado del camino, así se sentó á la fuente. Era como la hora de sexta”
— Juan 4:6
“Era menester que pasase por Samaria”
— Juan 4:4
“Compró una parte del campo, donde tendió su tienda, de mano de los hijos de Hamor, padre de Sichêm, por cien piezas de moneda”
— Génesis 33:19

“Dijo Dios: Hagamos al hombre á nuestra imagen, conforme á nuestra semejanza; señoree en los peces de la mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, en todo animal que anda arrastrando sobre la tierra”
— Génesis 1:26

“Mas el que bebiere del agua que yo le daré, para siempre no tendrá sed: mas el agua que yo le daré, será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”
— Juan 4:14
“Decían á la mujer: Ya no creemos por tu dicho; porque nosotros mismos hemos oído, sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo”
— Juan 4:42

“PABLO, siervo de Jesucristo, llamado á ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios”
— Romanos 1:1

“Mas yo os digo, que cualquiera que mira á una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”
— Mateo 5:28
“Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos: porque la salud viene de los Judíos”
— Juan 4:22
“Vino, pues, á una ciudad de Samaria que se llamaba Sichâr, junto á la heredad que Jacob dió á José su hijo”
— Juan 4:5

“Bienaventurados los que lloran: porque ellos recibirán consolación”
— Mateo 5:4

“No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, Ni de los príncipes la cerveza”
— Proverbios 31:4
“Dícele Jesús: Yo soy, que hablo contigo”
— Juan 4:26
“Andad, he aquí yo os envío como corderos en medio de lobos”
— Lucas 10:3
“En esto vinieron sus discípulos, maravilláronse de que hablaba con mujer; mas ninguno dijo: ¿Qué preguntas? ó, ¿Qué hablas con ella?”
— Juan 4:27
“A lo suyo vino, los suyos no le recibieron”
— Juan 1:11
“Achitophel, viendo que no se había puesto por obra su consejo, enalbardó su asno, levantóse, fuése á su casa en su ciudad; después de disponer acerca de su casa, ahorcóse murió, fué sepultado en el sepulcro de su padre”
— 2 Samuel 17:23

“Por tanto, dejará el hombre á su padre á su madre, allegarse ha á su mujer, serán una sola carne”
— Génesis 2:24
“(Porque sus discípulos habían ido á la ciudad á comprar de comer.)”
— Juan 4:8

“Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado de la muerte”
— Romanos 8:2
“Muchos de los Samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio, diciendo: Que me dijo todo lo que he hecho”
— Juan 4:39

“AHORA pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme á la carne, mas conforme al espíritu”
— Romanos 8:1

“Respondiendo el ángel le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, la virtud del Altísimo te hará sombra; por lo cual también lo Santo que nacerá, será llamado Hijo de Dios”
— Lucas 1:35
“Dejó á Judea, fuése otra vez á Galilea”
— Juan 4:3

“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios: á él oiréis”
— Deuteronomio 18:15
“Nos mandó que predicásemos al pueblo, testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos muertos”
— Hechos 10:42
“PRINCIPIO del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios”
— Marcos 1:1

“Díjoles Jesús: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy”
— Juan 8:58

“Bautizaba Juan en el desierto, predicaba el bautismo del arrepentimiento para remisión de pecados”
— Marcos 1:4
“Pilato dijo á los príncipes de los sacerdotes, á las gentes: Ninguna culpa hallo en este hombre”
— Lucas 23:4

“Jesús le dice: Yo soy el camino, la verdad, la vida: nadie viene al Padre, sino por mí”
— Juan 14:6

“Respondió Jesús, díjole: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios”
— Juan 3:3

“Mas viendo Zimri tomada la ciudad, metióse en el palacio de la casa real, pegó fuego á la casa consigo: así murió”
— 1 Reyes 16:18
“Como vinieron al lugar que se llama de la Calavera, le crucificaron allí, á los malhechores, uno á la derecha, otro á la izquierda”
— Lucas 23:33
“LOS Filisteos pues pelearon con Israel, los de Israel huyeron delante de los Filisteos, cayeron muertos en el monte de Gilboa”
— 1 Samuel 31:1
“Dícele Jesús: Mujer, créeme, que la hora viene, cuando ni en este monte, ni en Jerusalem adoraréis al Padre”
— Juan 4:21
“La mujer le dice: Señor, no tienes con qué sacar la, el pozo es hondo: ¿de dónde, pues, tienes el agua viva?”
— Juan 4:11
“(Aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos)”
— Juan 4:2
“Por tanto, si hubiereis de tener juicios de cosas de este siglo, poned para juzgar á los que son de menor estima en la iglesia”
— 1 Corintios 6:4
“Dícele Jesús: ¿Qué tengo yo contigo, mujer? aun no ha venido mi hora”
— Juan 2:4

“El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su vientre”
— Juan 7:38
“Aquí está la paciencia de los santos; aquí están los que guardan los mandamientos de Dios, la fe de Jesús”
— Apocalipsis 14:12

“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel justo para que nos perdone nuestros pecados, nos limpie de toda maldad”
— 1 Juan 1:9
“El que habla lengua extraña, á sí mismo se edifica; mas el que porfetiza, edifica á la iglesia”
— 1 Corintios 14:4
“Vi otro ángel volar por en medio del cielo, que tenía el evangelio eterno para predicarlo á los que moran en la tierra, á toda nación tribu lengua pueblo”
— Apocalipsis 14:6

“Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley dice”
— 1 Corintios 14:34

“Me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi potencia en la flaqueza se perfecciona. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis flaquezas, porque habite en mí la potencia de Cristo”
— 2 Corintios 12:9

“Mas si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión entre nosotros, la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”
— 1 Juan 1:7

“Hijitos, vosotros sois de Dios, los habéis vencido; porque el que en vosotros está, es mayor que el que está en el mundo”
— 1 Juan 4:4

“Porque el que habla en lenguas, no habla á los hombres, sino á Dios; porque nadie le entiende, aunque en espíritu hable misterios”
— 1 Corintios 14:2

“Asimismo también las mujeres, ataviándose en hábito honesto, con vergüenza modestia; no con cabellos encrespados, u oro, ó perlas, ó vestidos costosos”
— 1 Timoteo 2:9