46+Versículos de la Biblia El tercer ojo

“LA revelación de Jesucristo, que Dios le dió, para manifestar á sus siervos las cosas que deben suceder presto; la declaró, enviándo la por su ángel á Juan su siervo”

— Apocalipsis 1:1

“La lámpara del cuerpo es el ojo: así que, si tu ojo fuere sincero, todo tu cuerpo será luminoso”

— Mateo 6:22

“No os ha tomado tentación, sino humana: mas fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podeís llevar; antes dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis aguantar”

— 1 Corintios 10:13

“El pueblo asentado en tinieblas, Vió gran luz; á los sentados en región sombra de muerte, Luz les esclareció”

— Mateo 4:16

“Huid la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre hiciere, fuera del cuerpo es; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca”

— 1 Corintios 6:18

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”

— Filipenses 4:13

“Mas buscad primeramente el reino de Dios su justicia, todas estas cosas os serán añadidas”

— Mateo 6:33

“Jesús le dice: Yo soy el camino, la verdad, la vida: nadie viene al Padre, sino por mí”

— Juan 14:6

“Luego le cayeron de los ojos como escamas, recibió al punto la vista: levantándose, fué bautizado”

— Hechos 9:18

“¿por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, no echas de ver la viga que está en tu ojo?”

— Mateo 7:3

“Mas yo os digo, que cualquiera que mira á una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”

— Mateo 5:28

“Hablóles Jesús otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo: el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la lumbre de la vida”

— Juan 8:12

“Hipócrita! echa primero la viga de tu ojo, entonces mirarás en echar la mota del ojo de tu hermano”

— Mateo 7:5

“Este vino á Jesús de noche, díjole: Rabbí, sabemos que has venido de Dios por maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no fuere Dios con él”

— Juan 3:2

“O ¿cómo dirás á tu hermano: Espera, echaré de tu ojo la mota, he aquí la viga en tu ojo?”

— Mateo 7:4

“¿O cómo puedes decir á tu hermano: Hermano, deja, echaré fuera la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga, que está en tu ojo? Hipócrita, echa primero fuera de tu ojo la viga, entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano”

— Lucas 6:42

“EN el principio era el Verbo, el Verbo era con Dios, el Verbo era Dios”

— Juan 1:1

“El que plantó el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá?”

— Salmos 94:9

“No codicies su hermosura en tu corazón, Ni ella te prenda con sus ojos”

— Proverbios 6:25

“Mas si tu ojo fuere malo, todo tu cuerpo será tenebroso. Así que, si la lumbre que en ti hay son tinieblas, ¿cuántas serán las mismas tinieblas?”

— Mateo 6:23

“Oid ahora esto, pueblo necio sin corazón, que tienen ojos no ven, que tienen oídos no oyen”

— Jeremías 5:21

“O corcobado, ó lagañoso, ó que tuviere nube en el ojo, ó que tenga sarna, ó empeine, ó compañón relajado”

— Levítico 21:20

“Respondióles Jesús: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, Dioses sois?”

— Juan 10:34

“Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre por su siervo, para que convierta á él á Jacob. Bien que Israel no se juntará, con todo, estimado seré en los ojos de Jehová, el Dios mío será mi fortaleza”

— Isaías 49:5

“Mas cuando tú haces limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha”

— Mateo 6:3

“El sepulcro la perdición nunca se hartan: Así los ojos del hombre nunca están satisfechos”

— Proverbios 27:20

“No perdonará tu ojo: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie”

— Deuteronomio 19:21

“Oísteis que fué dicho á los antiguos: Ojo por ojo, diente por diente”

— Mateo 5:38

“Si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo: mejor te es entrar al reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado á la Gehenna”

— Marcos 9:47

“¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, la viga que está en tu propio ojo no consideras?”

— Lucas 6:41

“Si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo échalo de ti: mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno del fuego”

— Mateo 18:9

“Te haré entender, te enseñaré el camino en que debes andar: Sobre ti fijaré mis ojos”

— Salmos 32:8

“Ninguno puede servir á dos señores; porque ó aborrecerá al uno amará al otro, ó se llegará al uno menospreciará al otro: no podéis servir á Dios á Mammón”

— Mateo 6:24

“He aquí, el ojo de Jehová sobre los que le temen, Sobre los que esperan en su misericordia”

— Salmos 33:18

“Cántico gradual. ALZARÉ mis ojos á los montes, De donde vendrá mi socorro”

— Salmos 121:1

“Para que sea tu limosna en secreto: tu Padre que ve en secreto, él te recompensará en público”

— Mateo 6:4

“Los ojos de Jehová están sobre los justos, atentos sus oídos al clamor de ellos”

— Salmos 34:15

“La paz os dejo, mi paz os doy: no como el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”

— Juan 14:27

“Oró Eliseo, dijo: Ruégote, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del mozo, miró: he aquí que el monte estaba lleno de gente de á caballo, de carros de fuego alrededor de Eliseo”

— 2 Reyes 6:17

“El oído que oye, el ojo que ve, Ambas cosas ha igualmente hecho Jehová”

— Proverbios 20:12

“Pedro les dice: Arrepentíos, bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; recibiréis el don del Espíritu Santo”

— Hechos 2:38

“No os volváis á los encantadores á los adivinos: no los consultéis ensuciándoos con ellos: Yo Jehová vuestro Dios”

— Levítico 19:31

“Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; Porque de él mana la vida”

— Proverbios 4:23

“He aquí que viene con las nubes, todo ojo le verá, los que le traspasaron; todos los linajes de la tierra se lamentarán sobre él. Así sea. Amén”

— Apocalipsis 1:7

“Abre mis ojos, miraré Las maravillas de tu ley”

— Salmos 119:18

“Empero sin fe es imposible agradar á Dios; porque es menester que el que á Dios se allega, crea que le hay, que es galardonador de los que le buscan”

— Hebreos 11:6

“No pondré delante de mis ojos cosa injusta: Aborrezco la obra de los que se desvían: Ninguno de ellos se allegará á mí”

— Salmos 101:3